Laura Daniela Cuevas Robles*, D.C. Nora Guillermina Pérez
Pérez.**
* Coordinadora de la Escuela de Odontología URSE
** Profesora de Tiempo Completo de la Escuela de Odontología URSE
El color de los alimentos
contribuye sin duda a hacerlos más atractivos al consumidor, para este fin se
le adicionan colorantes que pueden ser naturales como la clorofila, carotenos, azafrán,
curcumina entre otros[1], o
artificiales como la tartracina, y el rojo 40. Los colorantes artificiales junto con
los conservadores, son de amplio uso en la actualidad. Los niños son un grupo especialmente
vulnerable al consumo de colorantes artificiales sobre
todo en dulces, bebidas y gelatinas; la coloración los hace más llamativos y
aumentan su consumo con los consiguientes problemas de toxicidad.
Los colorantes
sintéticos son principalmente derivados azoicos (tartracina, azorrubina, rojo
allura, etcétera), pero también quinoles, derivados del trifenilmetano y otros.
La ingesta diaria aceptable para los
distintos colorantes varía desde 1 hasta 13 mg/kg. Uno de los más usados es la
tartracina (o amarillo no. 5) al cual algunas personas son muy susceptibles y
pueden presentar reacciones alérgicas con su consumo,[2] su uso
está ampliamente difundido en la industria alimentaria, en todos los productos
que presenten una coloración amarilla: bebidas, botanas, dulces, galletería
entre otros. La ingesta diaria admisible se encuentra en 7,5 miligramos por
kilogramo de peso corporal.[3]
Debido
a que el uso de los colorantes es solo cosmético su uso causa gran polémica
porque su ingesta ha sido asociada con reacciones alérgicas como asma y
urticaria,[4],[5] hiperactividad y
déficit de atención en los menores.[6] En pacientes sensibles, concretamente la tartracina
promueve una mayor liberación de histamina, lo cual provoca reacciones como, urticaria,
y anafilaxia[7], además de lesiones
purpúricas, alteraciones gástricas[8]en
los individuos, especialmente en los niños.
Durante las revisiones bucales a escolares es
común que el dentista observe las lenguas multicolores de los niños, por ello
se les debe orientar al consumo de alimentos con colorantes naturales y hacer
énfasis en la formación de buenos hábitos en los menores, dado que los
hábitos que se van generando durante el crecimiento definirán, en mucho, la
salud de los individuos a lo largo de su vida. El objetivo de este estudio fue cuantificar la coloración de la lengua por consumo de alimentos
adicionados con colorantes artificiales en niños de la primaria “Hnos. Flores
Magón” de Oaxaca.
Metodología
Estudio de corte transversal efectuado en Abril del 2016. Se examinó a todos los niños de la Escuela primaria “Hnos Flores Magón” inmediatamente después del recreo. Con autorización del director de la escuela, consentimiento de los padres y asentimiento de los menores, se procedió a revisar su lengua auxiliados con un abatelenguas; se excluyeron a los niños con lengua coloreada por alimentos naturales como chile, betabel etc. Se registró el alimento con colorante consumido, y el color e intensidad en tres categorías: leve, regular e intensa. Cuando los niños habían consumido dos alimentos con colorante, se registraron ambos y una sola categoría de intensidad del color. Las revisiones bucales fueron efectuadas por 6 estudiantes de odontología previa estandarización K>0.80. Los datos se procesaron a través de estadística descriptiva con el programa SPSS versión 23.
Estudio de corte transversal efectuado en Abril del 2016. Se examinó a todos los niños de la Escuela primaria “Hnos Flores Magón” inmediatamente después del recreo. Con autorización del director de la escuela, consentimiento de los padres y asentimiento de los menores, se procedió a revisar su lengua auxiliados con un abatelenguas; se excluyeron a los niños con lengua coloreada por alimentos naturales como chile, betabel etc. Se registró el alimento con colorante consumido, y el color e intensidad en tres categorías: leve, regular e intensa. Cuando los niños habían consumido dos alimentos con colorante, se registraron ambos y una sola categoría de intensidad del color. Las revisiones bucales fueron efectuadas por 6 estudiantes de odontología previa estandarización K>0.80. Los datos se procesaron a través de estadística descriptiva con el programa SPSS versión 23.
Resultados
Participaron 286 niños con promedio de edad de 8.7± 2.1 años. El 66.4 % presentó coloración lingual: el 40.2 % fue leve, el 19.9 % moderada y el 6.3 % intensa. Por sexo el 66.2% de las niñas y el 66.7 % de los niños. Los colores más frecuentes fueron el rosa, rojo y naranja con 13.2 %, 12.5 % y 12.2% respectivamente, aunque se observó gran variedad, y el 14.1 % de los niños presentó dos colores. Los niños de 7 años presentaron el porcentaje más alto con 87.3 %. Las bebidas embotelladas como el Friko® (bebida local) y el refresco embotellado fueron la principal causa de coloración con un 30.36%, seguidas por las salecitas y chamoy con un 25.1 % y los dulces como Lucas® y Roca bola® con un 19.4 %.
Conclusiones
Más de la mitad de los niños presentó
coloración lingual, principalmente los pequeños, no se observó diferencia
significativa por sexo. La principal fuente de los colores artificiales en la
lengua fue el consumo de refrescos embotellados de diversos sabores con colores
rosa, rojo y anaranjado.
Se debería promover en los escolares el
consumo de refresco casero, sin colorantes artificiales.
Referencias:
[1] Manual of methods of analysis of foods, food additives,directorate
general of health services,
ministry of health and family welfare, Government of India, New Delhi.
2005. Disponible en
http://mohfw.nic.in/index1.php?sublinkid=982&level=3&lid=397&lang=1
[2] Badui Dergal S. Química de los
alimentos 4ª Edición. Pearson educación. 2006
[3] Restrepo Gallego M. Sustitución de
colorantes en alimentos. Revista Lasallista de Investigación.
2007. Vol. 4 No.1.2007.Disponible en
http://www.scielo.org.co/pdf/rlsi/v4n1/v4n1a06.pdf
[4] Angelucci
E. Corantes naturais versus corantes artificiais. In: Carvalho PRD,
organizador.
Corantes naturais para
alimentos. Campinas: Instituto de Tecnologia de Alimentos; 1988. p. 1-15.
[5] Prado MA,
Godoy HT. Teores de corantes artificiais em alimentos determinados por
cromatografia líquida de
alta eficiência. Química Nova 2007;30:268-73.
[6] Teixeira Polônio M.L., Peres F. Consumo de aditivos alimentares
e efeitos à saúde: desafios para
a saúde pública brasileira. Cad. Saúde
Pública, Rio de Janeiro. 2009, 25(8):1653-1666.
Rev 2001; (4)
[8] Sasaki YF,
Kawaguchi S, Kamaya A, Ohshita M, Kabasawa K, Iwama K, et al. The comet with 8
mouse organs: results
with 39 currently used food additives. Mutat Res 2002; 519:103-19.